Con más de 50 años de experiencia la panadería La Esperanza se ha caracterizado por ofrecer productos de calidad que no poseen preservantes ni colorantes y emplean el tiempo adecuado para el crecimiento del pan. Todo esto con la meta clara de crecer como personas, como familia y como negocio.
Los propietarios Josué Mejía y Gabriela de Mejía tienen claro que el ingrediente clave para el éxito de su panadería es hacer cada uno de sus productos con amor y trabajando cada día para tener un lugar que sea sinónimo de tradición familiar, ya que la iniciativa fue realizada por su padre Eulalio Mejía, ahora Josué está a cargo y espera que en el futuro sean sus hijos los responsables.
El apoyo y la asesoría ha estado presente desde el inicio, pues Molinos Modernos se ha encargado de darles un excelente seguimiento, asesorías y todo lo que necesitan para la producción. Cuando don Eulalio estaba a cargo se aseguraba de ir a los molinos a traer la materia prima, pero después tomaron la iniciativa de llevarle la materia prima y todo lo que necesita al lugar de trabajo.
Además ayuda continuamente con asesorías administrativas que ayudaron a mejorar el rendimiento de las materias primas, la administración de costos y la rentabilidad general del negocio. Al hacer uso de los productos de Molinos Modernos pueden ofrecer una mayor variedad de productos y conocer otro tipo de materiales como las premezclas e ingresar a otro mercado y ampliar su cartera de clientes, utilizando productos como: harina El Sol, Virgen de Covadonga y premezclas de vainilla, chocolate y de donas.
Parte del éxito de esta empresa se basa en la ayuda y el asesoramiento que Molinos Modernos ha brindado a panadería La Esperanza, a quien consideran como un amigo más que un proveedor. En el pasado don Eulalio trabajaba solo en la panadería y repartía, ahora tienen un equipo de trabajo y cuentan con un vehículo haciendo que la ruta de trabajo sea más extensa.
El plan a futuro es introducir una mayor variedad de productos, equipar su panadería con maquinaria industrial incursionar en otros mercados. Esta historia es una pequeña muestra de que sí es posible continuar y expandir una tradición familiar si se tienen los deseos y la perseverancia necesaria.